Una sensación tengo
en mí... rara... subconsciente... enigmática...
no la entiendo...
me induce una cierta inquietud estática
fija dentro
del alma que desde niño presiento...
La constante... ¡Espera!... casi dogmática
de una errática
ente incomprensible... hueca... un sentimiento
de algo incierto...
Será... ¡El amor!... que espero
desde siempre... ese anhelo de horas mágicas
en suspenso...
porque aún con un amor en casa cierto...
existe un vacío oprimiéndome en árida
calma el ánima...
¡Esperando ese algo insólito... ajeno...
de aromática
alma etérea inasible sin sosiego...
siempre... quedo!...
Será... ¡La muerte!... en tierno
romance programado en la vida... ávida
de más tiempo...
¡La magnánima
suerte impía del ineludible ingenio
del destino!...
¡Ésa que nos guía amorosa a la ingrávida
presencia de los sabios del sendero...
hacedores de vida sistemática...
eterna... en universos del supremo!...
Será... ¡El cambio!... que el tiempo
desencadena en su clave axiomática...
como apremio
al paso de la vida en movimiento
finito... en este mundo de fantástica
existencia prestada sin cimiento...
¿Es su hierática
evidencia escrita allí en nuestro adentro
que aparece en la conciencia de cierto
tan elástica?...
Será... ¡La memoria!... árbitra
de catástrofes... terribles sucesos...
cataclismos... eventos de trágica
presencia grabada en humanos ecos
del pasado... con fuerza cinemática...
¡Todo ello así encubierto...
entre olvidos y recuerdos de heráldica
conciencia presa... en fatídicos hechos
mitológicos...
de tan infalible existencia clásica!...
Todos esos espectrales sucesos
de ondas electromagnéticas grávidas...
vagan ciertos
por el mundo con frecuencias dinámicas...
entrando las conciencias en momentos
existenciales de secuencia cuántica...
¡En la mente humana... en sutil concierto
con el todo... viven presas... estáticas
presencias de los hechos!...
Yo prefiero... ¡Ese amor!... que vendrá presto
el día que lo atrape... mi espera... mágica...
