ECOS DE DISTANCIA: ES UN ESPACIO EN DONDE EL ECO EN LA DISTANCIA SE VUELVE PALABRA, CONVERTIDA EN POESÍA, ENSAYO, RELATO, CUENTO, LEYENDA, ENTRE OTRAS EXPRESIONES LITERARIAS. ESPERO SINCERAMENTE, QUE HALLE AQUÍ UN ECO QUE VINIENDO DE LA DISTANCIA LE HAGA RECORDAR SUS PROPIAS VIVENCIAS Y LE INSPIRE A ESCRIBIR TAMBIÉN... POR LO PRONTO, AQUÍ, INCLUIRÉ SÓLO POEMAS.
Jorge Arié Cravioto Tellechea
Aún se oye aquel lamento... en el sobrio silencio noctivago que de luto baña en cada noche al mundo, es la agonía de Cristo expirando sobre la cruz votiva al implorar perdón por el pecado de aquella grande insania cometida con nuestras fatuas manos.
Aún se oye aquel lamento... ...¡Perdónalos señor no saben lo que hacen!... Y aquel lamento existirá en la tierra escrito por la sacra sangre derramada del cuerpo inerte de la cruz al suelo, por el aire sigue sigue vibrando la voz de Cristo como divino rezo que va por el mundo clamando y en cada noche en toda tierra en silencio sigue su rezo rolando, mas en aquel silencio, la noche llora su luto sagrado.
Aún se oye aquel lamento... desde esa tarde del monte calvario en donde manos vacuas gentes fatuas y cerebros insanos al mismo hijo de Dios condenan como el peor criminal dado y como ningún mortal es herido flagelado y azotado obligadolo a llevar la cruz sobre la que fuera crucificado sin más misericordia que el más bestial martirio nefasto.
Aún se oye aquel lamento... en perdón de la horda que furibunda grita llena de ardor tan impío y tan ignaro, ...¡Crucificad al nazareno judío!... mas esa fruición nacida de lo zafio de la embriagada soldadezca roma donde la peor cobardía pecaba tanto, se tornó en furor sin férula llegando al paroxismo loco y al pecado de privar la vida al ser extraordinario que anduvo una vez entre nosotros sin ser visto, ni oido, ni comprendido y que sólo dio bien a ese humano pago.
Aún se oye aquel lamento... de la luz que brilló entre miradas ciegas, de la verdad que habló a cerebros embotados por el odio y orgullo del hombre que no ve, como la noche ante el brillo cercano, poque si la luz brilla en medio de las tinieblas éstas no la conciben, así, Cristo vino entre los hombres hablando sin ser visto ni oido hasta aquella tarde en la cruz clavado, hasta esa tarde fue visto y fue oido, hasta esa tarde en que el inmaculado hijo de Dios expiraba para salvación del hombre vano que sólo con ello vió la luz brillar, al herir la obscuridad falsa aquel rayo y al oir la verdad de sus mismos labios... ...¡En verdad era hijo de Dios!...
Aún se oye aquel lamento... en el sobrio silencio noctivago que de luto baña en cada noche al mundo es la agonía de Cristo expirando, mientras la madre al madero abrazada, grita su dolor entre lágrimas que caen con sangre del hijo crucificado de la cruz al suelo en lluvia impregnado, cual holocausto en perdon de aquel deicidio, ¡Oh Dios qué doloroso perdón para una madre con el corazón lacerado! ...!Perdón madre!... ¡Perdón padre!... ...¡Por la humana necedad en pecado!...