pateando en un bote tu inútil vida...
con el rostro
pinto de noche y el alma marchita
ensartas en tu pelo hirsutas horas
detenidas...
cuántas cosas encierra tu pregón
que pedía
¡Una limosna por amor de Dios
para mi pobre vida entristecida!...
¿Cuánto vale un dolor que así enajena?
¿Qué causa encierra tu lenta agonía?...
tú bien sabes
la pena que aja tu fisonomía...
¿Acaso un amor tórrido y perdido
martiriza
tu mente torturando sus neuronas
todo el día?...
¿Ese amor tan inmensamente amado
sorbió tu alma dejándola vacía?...
Si por un amor mueres... pordiosero...
cargando su traición tan corrompida
a tu débil
espíritu sin rumbo y sin historia...
piensa que el tiempo está lleno de amores
que germinan
en espacios y mundos pordioseros...
su energía
puebla universos de hombres y mujeres...
¡Hay en ti otro amor que espera tu sonrisa!...
¡Yo era... ese pordiosero que de amor
se moría!...
—pero alguien dentro de mí musitó—
¡Oye amor!... ¡Por Dios no mates mi vida!...
¡Ese amor
no vale la pena!... ¡Alza esas tus lágrimas
de la nada
y da forma con ellas a mis días!...
¡Eras tú... amor... la que en mí estaba viva!
¡Del pordiosero... un nuevo amor... nacía!.